lunes, 30 de diciembre de 2024

El lagarto

Por fin,

a cabo de tantos años,

agarrado a la pared,

en tu casa

encontré

al lagarto

 

No se quería

mover,

pero sí me miraba,

mimetizándose

entre columna

y columna,

como esperando

que no le viera

 

Tan lento como la buena memoria

abría y cerraba los ojos

 

Muy útil tener uno en la casa:

come moscas y malos momentos

 

De ambos alimenta

la lucidez de sus escamas

 

Limpia el aire

concentrando sus esfuerzos

en el noble concepto de ‘muda’

 

Me decías

que a menudo

el lagarto,

tras una calmada

y ordenada danza

casera,

consigue

tumbar las paredes

y el piso se vuelve

una vez más

aquella selva

lujuriante

que es todo origen

 

Se le devuelven luz y humedad

a plantas y pensamientos

 

El lagarto

te acompaña fiel

en la caza

de nuevas visiones

 

Y ya no hay niebla

en la mente

 

Ya no hay síntesis malogradas

ni amargas,

aquí

Solamente espacio

para pasos

que alejan

del desierto

 

Oasis carnal

e impalpable

a la vez

 

Etéreo

imperceptible

canto

 

Agua pintada

de fruta jugosa.

Annelisa Addolorato

Imagen:https://www.blogger.com

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