El
perrito chino
Cuando
salí de la Habana
de
nadie me despedí,
sólo
de un perrito chino
que
venía tras de mí.
Como
el perro era muy listo,
un
señor me lo compró
por
un poco de dinero
y
unas botas de charol.
Las
botas se me rompieron,
el
dinero se acabó.
¡Ay!,
prrito de mi vida;
¡Ay! perrito de mi amor.
Cuando
yo llegrué a mi casa,
mi
mamá me regañó,
me
haló por una oreja
y
a la cama me tiró.
Canción
infantil cubana.
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