miércoles, 27 de febrero de 2013

A los perritos del campito



Cuando el sol despunta tranquilo,
en sacudidas despiertan los perros,
con estirada bostezan con sueño y
en movida de cola, molinillo inquieto.
En desliz, al aire alborozan ladridos
siendo en bríos algunos de sus juegos,
otros, en rezongos de solo amores y
los mirones con lengua afuera, atentos.
Es el paso de un día cualquiera y
agradecidos reciben su alimento.

Olvida, pequeño, el haber sido presa

del abandono y de tantos lamentos.

Que la esencia a hierba sea hoy caricia.
Que en manos bien ofrecidas recibas
tu ansiado y merecido consuelo.
Que un amor sea cobija de abrazos
por preciosa familia de querer sincero.

¡Más allá de la vida, feliz sea el recuerdo!


María Inés Arias

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