jueves, 29 de mayo de 2025

A una tórtola

Tórtola, qué misteriosa

querella de amores cantas,

dolorida,

azorada, temblorosa,

como la lluvia en las plantas

conmovida;


que levantas arrullando

de tu seno palpitante

la alba pluma,

como el agua murmurando

en las olas, vacilante

leve espuma:

 

tórtola tímida y bella,

melancólica vecina

de los valles,

nunca tu blanda querella,

tu cántiga peregrina,

muda acalles:

 

lleva a el aura ese ruido

que en las soledades mueven

tus acentos:

los ecos de tu gemido

siempre amorosos se eleven

a los vientos.

 

Canta, canta dulcemente

con la tierna compañera

tus amores:

verás tu arrullo inocente

dar más vida a la pradera

y a las flores.

 

¿Mas por qué si regalado

tu murmurio en mis oídos

desfallece,

el pecho mío turbado,

a tus lánguidos gemidos

se estremece?

 

¿Será que yo también como tú siento

esa ternura que tu seno oprime,

y el dulce sentimiento

que de inefable amor tu acento exprime?

Con nuevo fuego el corazón se anima,

al escuchar tu canto apasionado;

 

¿será que también gima

en amoroso lazo aprisionado?

Es tu tristeza la tristeza mía;

con tono igual nuestro cantar alzamos;

si nunca en la armonía,

tórtola, en el gemir nos igualamos.

 

Pues si en gemir son iguales,

nuestras voces uniremos

retiradas,

como de dos manantiales

unirse las aguas vemos

separadas.

 

Mis suspiros lastimados,

tus arrullos gemidores

mezclaremos,

tú –sentidos–, yo –soñados–,

entrambas canto de amores

murmuremos.

Carolina Coronado

Imagen:https://draft.blogger.com/

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