Era un gato
grande
Era un gato
grande que hacía ro-ro,
acurrucadito
en su almohadón.
Cerraba los
ojos, se hacía el dormido,
movía la cola
con aire aburrido.
Era un
ratoncito chiquito chiquito,
que asomaba el
morro por un agujerito.
Desaparecía,
volvía a asomarse
y daba un
gritito antes de marcharse.
Salió de su
escondite,
corrió por la
alfombra
y miedo tenía
hasta de su
sombra.
Cuando al dar
la vuelta
sintió un gran
estruendo,
¡miau!,
vio dos ojos grandes
de un gato
tremendo.
Sintió un gran
zarpazo
sobre su
rabito
y se echó a
correr
todo
asustadito.
Y aquí acaba
el cuento
de mi
ratoncito
que asomaba el
morro
por un
agujerito.
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